El agua es un básico para cualquier restaurante. No solo es importante para ser consumida por nuestros clientes; sino también para cocinar, lavar y usar el baño. Es más, la mayoría del consumo de agua en un restaurante se realiza en la cocina y el baño. Por este motivo, es importante ser conscientes de los litros de agua que consumimos, tanto por razones de sostenibilidad como para ahorrar en nuestra factura del agua. ¿Cómo podemos ahorrar agua en nuestro restaurante?
1. Estudio del consumo
Es lo primero que debemos hacer. Para reducir el consumo de agua en nuestro restaurante, hay que ser conscientes de ello. Por este motivo, es importante analizar exhaustivamente el consumo diario de agua, para tratar de ver de cuánto es y tomar conocimiento de la procedencia de este consumo. Así, pues, después del estudio debemos ser capaces de poder valorar cuáles son las fuentes que más agua solicitan para realizar las tareas determinadas. Una vez tengamos estos datos, llega la hora de informarnos y comparar el gasto de agua de las máquinas y nuestros procedimientos internos con otras soluciones que quizás nos ayuden a reducirlo.
2. El agua en la cocina y el baño
Mantener la cocina de nuestro restaurante limpia y segura es imprescindible. Pero esto requiere un gran consumo de agua. Una solución es aplicar economizadores de agua para grifos o pedales, y apostar por maquinaria de lavado eficiente. Los dispositivos de este tipo están adaptados para ahorrar agua y energía, su aplicación es muy sencilla y se amortizan rápidamente.
Por otro lado, uno de los espacios que más agua requiere es el baño. Podemos optar por colocar cisternas de doble descarga en el inodoro, pues permiten usar solo la mitad de su capacidad sin gastar innecesariamente agua. También, en lo referente a la grifería, podemos sustituir los grifos de ruleta por grifos monomando o automáticos, ya que su uso es más sencillo.
3. Educar a los clientes
Primero, debemos concienciar a nuestros trabajadores de la importancia de ahorrar agua y las medidas que se toman para ello. Una parte del consumo procede de la cocina, donde se trabaja y se aseguran los productos y parte del servicio diario. Por lo tanto, hay que educar a nuestro personal para que tenga los recursos y conocimientos necesarios para realizar sus tareas de la manera más eficiente y sostenible posible.
Por último, una vez todos los trabajadores van a una en el ahorro de agua, el siguiente paso es informar a los clientes. Tal y como hemos dicho antes, el baño es también una de las áreas que más agua consume. Podemos educar a nuestros clientes, utilizando carteles para que eviten usar el váter como si fuera una basura o avisar de cerrar el grifo mientras nos estemos frotando las manos.
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